Fat Old Sun

Sunday, August 27, 2006

sombras en la ventana

a veces el silencio puede sonar tanto como un trueno

Wednesday, August 23, 2006

Borges y Yo

Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografia del siglo xviii, las etimologias, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Seria exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas paginas válidas, pero esas paginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mi podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mi (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologias del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Asi mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página.
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografia del siglo xviii, las etimologias, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Seria exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas paginas válidas, .pero esas paginas no me pueden salvar, quizá porque to bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por to demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mi podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser pledra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mi (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologias del arrabal a los juegos con el tiempo y con to infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Asi mi vida es una fuga y todo to pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cuál de los dos escribe esta página.

para Fer

pero el señor Douglas Tompkings quiere repatriar (?!) nuestras tierras..claro..claro

Save the planet for another day.
("Attention shoppers,
Buy with a conscience and save.")
Save the planet for another day.
("Save Alaska!
Let the caribou stay.")
Don't care what the governments say.
("They're all bought
and paid for anyway.")
Save the planet for another day.
("Hey Big Oil!
What do you say?")

We were runnin' through the night,
Never knowin' if we would see the light.
Paranoid schizophrenic visions,
Livin in fear of the wrong decisions.

We got to wake up,
We got to keep goin.
If they follow us
There's no way of knowin'.

We got a job to do.
We got to save Mother Earth.

Be the ocean when it meets the sky.
("You can make a difference.
If you really try.")
Be the magic in the Northern lights.
("Six Days...
Six nights.")
Be the river as it rolls along.
("It has three eyed fish.
And it's smellin' strong.")
Be the rain you remember fallin'.
("Be the rain.
Be the rain.")

Yeah rain was fallin'
and we're soakin' wet.
Hail is beatin' down on our head.
The wind is blowin' through our hair,
Faces frozen in the frigid air.
We got to get there...
Alaska.

We got to be there,
Before the big machines.

We got a job to do.
We got to save Mother Earth.

Dream the hunter on the Western plain.
("The birds are all gone.
Where did they go?")
Dream the fisherman in his boat.
("He's comin home empty.
He's barely afloat.")
Dream the logger in the great Northwest.
("They're runnin out of trees.
They got to give it a rest.")
Dream the farmer in the old heartland.
("Corporate greed and chemicals
Are killin' the land.")

Next mornin' Sun was up at dawn.
She looked around and Earth was gone.
Dark visions he had last night.
He needed peace, he needed light.
He heard the rumble
And he saw the big machines.
The Green Army rose
And it was a bad dream.

He had a job to do.
He had to save Mother Earth.

Be the ocean when it meets the sky.
("Greek freighters are dumping
Crap somewhere right now.")
Be the magic in the Northern lights.
("The ice is melting!")
Be the river as it rolls along.
("Toxic waste dumpin'
From corporate farms.")
Be the rain you remember fallin'.
("Be the rain.
Be the rain.")
Save the Planet for another day.
("Be the rain.
Be the rain.")
Be the river as it rolls along.
("Be the rain.
Be the rain.")

Neil Young - Be the Rain

Tuesday, August 22, 2006

musica para tus oidos

una pequeña recomendacion de discos (no tan) recien salidos del horno para escuchar:

Bruce Springsteen - We Shall Overcome: The Seeger Sessions

Tom Petty - Highway Companion

Neil Young - Living With War

Paul McCartney - Chaos & Creation in the Backyard

Mark Knopfler & Emmylou Harris - All The Roadrunning

Ray Davies - Others People`s Lives

Primal Scream - Riot City Blues

T-Bone Burnett - The True False Identity

...y les dejo otra gran frase de Frank Zappa: "los críticos del rock son gente que no sabe escribir y que hace entrevistas a personas que no saben hablar para gente que no sabe leer".

Monday, August 21, 2006

Flip..Flop

Let's impeach the President for lyin'
And misleading our country into war
Abusing all the power that we gave him
And shipping all our money out the door

Who's the man who hired all the criminals?
The White House shadows who hide behind closed doors
They bend the facts to fit with their new story
Of why we had to send our men to war

Let's impeach the President for spyin'
On citizens inside their own homes
Breaking every law in the country
Tapping our computers and telephones

What if Al-Qaeda blew up the levees
Would New Orleans have been safer that way
Sheltered by our goverment's protection
Or was someone just not home that day?

Let's impeach the President for hijacking
Our religion and using it to get elected
Dividing our country into colors
And still leaving black people neglected

That God he's cracking down on steroids
Since he sold his baseball team
There's lots of people looking at big trouble
But of course our President is clean

Neil Young - Let`s Impeach the President - Living With War (2006)

Thursday, August 17, 2006

Salvavidas de plomo

Por Eduardo Galeano

Según la voz de mando, nuestros países deben creer en la libertad de comercio (aunque no exista), honrar la deuda (aunque sea deshonrosa), atraer inversiones (aunque sean indignas) y entrar al mundo (aunque sea por la puerta de servicio).
Entrar al mundo: el mundo es el mercado. El mercado mundial, donde se compran países. Nada de nuevo. América latina nació para obedecerlo, cuando el mercado mundial todavía no se llamaba así, y mal que bien seguimos atados al deber de obediencia.
Esta triste rutina de los siglos empezó con el oro y la plata y siguió con el azúcar, el tabaco, el guano, el salitre, el cobre, el estaño, el caucho, el cacao, la banana, el café, el petróleo... ¿Qué nos dejaron esos esplendores? Nos dejaron sin herencia ni querencia. Jardines convertidos en desiertos, campos abandonados, montañas agujereadas, aguas podridas, largas caravanas de infelices condenados a la muerte temprana, vacíos palacios donde deambulan los fantasmas...
Ahora es el turno de la soja transgénica y de la celulosa. Y otra vez se repite la historia de las glorias fugaces, que al son de sus trompetas nos anuncian desdichas largas.
- - -
¿Será mudo el pasado?
Nos negamos a escuchar las voces que nos advierten: los sueños del mercado mundial son las pesadillas de los países que a sus caprichos se someten. Seguimos aplaudiendo el secuestro de los bienes naturales que Dios, o el Diablo, nos ha dado, y así trabajamos por nuestra propia perdición y contribuimos al exterminio de la poca naturaleza que queda en este mundo.
La Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos están viviendo la fiebre de la soja transgénica. Precios tentadores, rendimientos multiplicados. La Argentina es, desde hace tiempo, el segundo productor mundial de transgénicos, después de Estados Unidos. En Brasil, el gobierno de Lula ejecutó una de esas piruetas que flaco favor hacen a la democracia y dijo sí a la soja transgénica, aunque su partido había dicho no durante toda la campaña electoral.
Esto es pan para hoy y hambre para mañana, como denuncian algunos sindicatos rurales y organizaciones ecologistas. Pero ya se sabe que los paisanos ignorantes se niegan a entender las ventajas del pasto de plástico y de la vaca a motor, y que los ecologistas son unos aguafiestas que siempre escupen el asado.
- - -
Los abogados de los transgénicos afirman que no está probado que perjudiquen la salud humana. En todo caso, tampoco está probado que no la perjudiquen. Y si tan inofensivos son, ¿por qué los fabricantes de soja transgénica se niegan a aclarar, en los envases, que venden lo que venden? ¿O acaso la etiqueta de soja transgénica no sería la mejor publicidad?
Y sí que hay evidencias de que estas invenciones del doctor Frankenstein dañan la salud del suelo y reducen la soberanía nacional. ¿Exportamos soja o exportamos suelo? ¿Y acaso no quedamos atrapados en las jaulas de Monsanto y otras grandes empresas de cuyas semillas, herbicidas y pesticidas pasamos a depender?
Tierras que producían de todo para el mercado local, ahora se consagran a un solo producto para la demanda extranjera. Me desarrollo hacia fuera, y del adentro me olvido. El monocultivo es una prisión, siempre lo fue, y ahora, con los transgénicos, mucho más. La diversidad, en cambio, libera. La independencia se reduce al himno y a la bandera si no se asienta en lasoberanía alimentaria. La autodeterminación empieza por la boca. Sólo la diversidad productiva puede defendernos de los súbitos derrumbamientos de precios que son costumbre, mortífera costumbre, del mercado mundial.
Las inmensas extensiones destinadas a la soja transgénica están arrasando los bosques nativos y expulsando a los campesinos pobres. Pocos brazos ocupan estas explotaciones altamente mecanizadas, que en cambio exterminan los plantíos pequeños y las huertas familiares con los venenos que fumigan. Se multiplica el éxodo rural a las grandes ciudades, donde se supone que los expulsados van a consumir, si los acompaña la suerte, lo que antes producían. Es la agraria reforma: la reforma agraria al revés.
- - -
La celulosa también se ha puesto de moda, en varios países.
El Uruguay, sin ir más lejos, está queriendo convertirse en un centro mundial de producción de celulosa para abastecer de materia prima barata a lejanas fábricas de papel.
Se trata de monocultivos de exportación, en la más pura tradición colonial: inmensas plantaciones artificiales que dicen ser bosques y se convierten en celulosa en un proceso industrial que arroja desechos químicos a los ríos y hace irrespirable el aire.
Aquí empezaron siendo dos plantas enormes, una de las cuales ya está a medio construir. Luego se incorporó otro proyecto, y se habla de otro y de otro más, mientras más y más hectáreas se están destinando a la fabricación de eucaliptos en serie. Las grandes empresas internacionales nos han descubierto en el mapa y se han brotado de súbito amor por este Uruguay donde no hay tecnología capaz de controlarlas, el Estado les otorga subsidios y les evita impuestos, los salarios son raquíticos y los árboles brotan en un santiamén.
Todo indica que nuestro país chiquito no podrá soportar el asfixiante abrazo de estos grandotes. Como suele ocurrir, las bendiciones de la naturaleza se convierten en maldiciones de la historia. Nuestros eucaliptos crecen diez veces más rápido que los de Finlandia, y esto se traduce así: las plantaciones industriales serán diez veces más devastadoras. Al ritmo de explotación previsto, buena parte del territorio nacional será exprimido hasta la última gota de agua. Los gigantes sedientos nos van a secar el suelo y el subsuelo.
Trágica paradoja: éste ha sido el único lugar del mundo donde se sometió a plebiscito la propiedad del agua. Por abrumadora mayoría, los uruguayos decidimos, en el año 2004, que el agua sería de propiedad pública. ¿No habrá manera de evitar este secuestro de la voluntad popular?
- - -
La celulosa, hay que reconocerlo, se ha convertido en algo así como una causa patriótica, y la defensa de la naturaleza no despierta entusiasmo. Y peor: en nuestro país, enfermo de celulitis, algunas palabras que no eran malas palabras, como ecologista y ambientalista, se están convirtiendo en insultos que crucifican a los enemigos del progreso y a los saboteadores del trabajo.
Se celebra la desgracia como si fuera una buena noticia. Más vale morir de contaminación que morir de hambre: muchos desocupados creen que no hay más remedio que elegir entre dos calamidades, y los vendedores de ilusiones desembarcan ofreciendo miles y miles de empleos. Pero una cosa es la publicidad, y otra la realidad. El MST, el movimiento de campesinos sin tierra, ha difundido datos elocuentes, que no sólo valen para Brasil: la celulosa genera un empleo cada 185 hectáreas y la agricultura familiar crea cinco empleos por cada diez hectáreas. Las empresas prometen lo mejor. Trabajo a raudales, millonarias inversiones, estrictos controles, aire puro, agua limpia, tierra intacta. Y uno se pregunta: ¿por qué no instalan estas maravillas en Punta del Este, para mejorar la calidad de vida y estimular el turismo en nuestro principal balneario?

Tuesday, August 15, 2006

Fat Old Sun

"Quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad"

Thursday, August 10, 2006

Wise Old Sun

¿el ser humano le tiene miedo a morir como muerte en sí, o a no vivir, es decir a no existir mas?

Wednesday, August 09, 2006

Esa noche

Por Sandra Russo

Estuve en Cuba varias veces, y si tuviera que elegir un país para vivir, sería otro. Digo esto para dejar constancia de mi identidad pequeñoburguesa, y para admitir de entrada que, siendo periodista y dedicándome a la escritura, no podría, en Cuba, decir todo lo que se me ocurriera, ni apelar al cinismo que tanto nos reconforta paliativamente a los desencantados, ni sonar corrosiva. Es decir que lo digo con plena conciencia de que llevo adherida a la mente la noción de libertad capitalista y que no tengo pensado renunciar a ella porque sé que no puedo, porque eso, creo, está más allá de mi voluntad.

Pero me inquieta que la mala salud de Fidel Castro y la delegación del mando en su hermano Raúl haya estallado como un simple debate entre qué es democracia y qué no. Como si no hubiera otra vara, otra ventana para mirar algunos acontecimientos y, sobre todo, algunos procesos históricos. Como si lleváramos incrustado en el cerebro un democratómetro según el cual todo aquello que no responde a la fórmula de la democracia representativa quede automáticamente impugnado. Que la democracia está llena de fallas, pero es el mejor sistema conocido, lo sé, lo sostengo. Pero eso no equivale a perder de vista que el pato más feo puede ser un cisne.
La primera vez que fui a la isla lo hice acompañada por un grupo de periodistas varones y bastante más influyentes que yo, que andaba por los veintipocos, y recibí alborozada aquella invitación del Instituto Cubano de Turismo. Fueron dos semanas de convivencia, entre otros, con tipos entrañables como Ariel Delgado y Enrique Sdrech, recorriendo lugares que iban mucho más allá de Varadero o los destinos conocidos. En el grupo había un periodista del diario de Bahía Blanca, La Nueva Provincia, que, según confesó ya en el avión, iba a constatar que Cuba era una farsa de equidad y justicia.

Mientras estábamos allí, se celebró el 25º aniversario de la creación de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), organizados manzana por manzana en todo el país. Los mismos que están activándose ahora en ese mismo sentido, después de décadas de funcionar como organizaciones de base para que cada embarazada llegue a tiempo al hospital o para que cada niño sea vacunado. A último momento pedimos asistir a uno de los miles y miles de festejos. Nos fue destinada una manzana en los suburbios de La Habana. Nos perdimos en el camino. Llegamos más de una hora tarde. Los vecinos nos estaban esperando. Había carteles que rezaban: “Bienvenidos hermanos argentinos”, y muchísimos regalos para nosotros, que los niños habían alcanzado a hacer en las pocas horas libres que tuvieron.
Nos sentamos a una de las mesas en la calle y comenzamos a disfrutar de las risas de los hombres y mujeres que se nos acercaban y que nos hablaban de Mirtha Legrand y del Che. Además de los regalos, los niños habían tenido tiempo de aprenderse de memoria algunas estrofas del Martín Fierro. Y las recitaban con ese tono que nunca le escuché a ningún niño argentino. Los argentinos no tenemos training para la mística. Nos dan pudor algunas emociones. Esos pioneros cascaban sus gargantas con esos versos y recitaban a voz en cuello las mismas palabras que a nosotros nos habían fastidiado en el colegio. Esa fue una ráfaga de comprensión que me asaltó justo en ese momento. Esos niños, que también recitaron a José Martí, a quien amaban, nos homenajeaban con algo que suponían que nosotros amábamos. Pero nosotros no amábamos el Martín Fierro. ¿Qué amábamos nosotros?

No puedo poner esto en palabras con mucha exactitud. Pero esa noche, en esa tierra sembrada de bombitas de luz de pocos voltios, entre esas casas pobres de paredes descascaradas y de pintura vieja, entre esa gente dadivosa que nos tocaba los hombros y nos ofrecía su comida, yo viví algo que no había vivido antes ni volví a vivir después. Cuba entera es un país cuya población desconoce situaciones límite que para la mayoría de nuestras poblaciones son frecuentes. No pueden salir del país, como la doctora Hilda Molina, pero están liberados del dolor de un hijo que se muere por falta de comida o de atención médica, del dolor de un desalojo inminente, del dolor del analfabetismo, del dolor del desempleo. ¿No son ésas acaso otras formas de la libertad?

Cuando llegó el momento de hablarles, de tomar el micrófono y agradecerles semejante demostración de cariño hacia un grupo de perfectos desconocidos, nosotros elegimos al periodista de La Nueva Provincia para que fuera el vocero del grupo. Estábamos seguros de que esa ráfaga también a él lo había traspasado. Y el hombre, a paso lento, subió a la tarima, tomó el micrófono y comenzó a hablar, pero no pudo seguir. Un llanto lento se le trabó en el cuello, porque la ideología es una cosa, pero otra cosa es la verdad.

El niño gris

Por Horacio Verbitsky

La imagen del niño gris me asediará mientras viva, como ocurre con una del Holocausto en la que un chico de cinco o seis años, arreado rumbo a la solución final nazi a punta de ametralladora, camina con las manos en la nuca y mira con estupor a la cámara. Es decir a mis ojos.
El niño gris no mira. Sus ojos están cerrados. Un hombre lo lleva en andas, en posición vertical. Sólo unos fluidos que gotean de su nariz y de su boca indican que no se trata de una escultura. Cada partícula de su cuerpo y de sus ropas están cubiertas con el polvo de la mampostería del edificio que se derrumbó sobre él en Qana, acaso la ciudad bíblica en la que Jesús hizo el trueque milagroso de agua en vino durante la celebración de una boda. Pero hoy se celebran funerales y no hay milagro que pueda despertar de un sueño espantoso a esa criatura y a quienes vimos su foto.


El doble mensaje del descargo posterior es un anecdótico agravante: mientras el gobierno israelí niega haber sabido que en ese edificio hubiera civiles refugiados, un videoclip que hacen circular por Internet sus organizaciones de apoyo muestra una toma aérea de un supuesto camión lanzador de cohetes que luego de cumplida su tarea estaciona en el garage de una casa. Con tal inteligencia, sus aviones atacaron un camión frigorífico que cargaba verduras y liquidaron a los campesinos que las habían cultivado. La secuencia fílmica de propaganda israelí es tan confusa como la que Colin Powell presentó en las Naciones Unidas para demostrar que Irak poseía armas prohibidas y que el propio ex Secretario de Estado terminó por reconocer como falsa. Pero letreros en hebreo e inglés explican cada cuadro hasta llegar a la conclusión de que si los agresores se refugian entre civiles es legítimo masacrarlos. No es así. Semejantes medios descalifican cualquier fin. Ninguna meta vale la pena de ser alcanzada a ese precio, ninguna ofensa previa lo justifica, cuando ningún peligro corre hoy la existencia de Israel.
Este horror insoportable fue planificado a lo largo de años. Es parte de una campaña que comenzó en octubre de 2001 con los bombardeos y la invasión estadounidense en Afganistán. Prosiguió en junio de 2002 cuando Bush formuló la doctrina del ataque preventivo y dijo que la única estrategia posible era golpear primero, “enfrentar las peores amenazas antes de que se concreten”. Millones de toneladas de bombas fueron arrojadas preventivamente sobre Irak a partir de marzo de 2003 pese a la evidencia de que no había relación entre su gobierno y la organización saudita que en setiembre de 2001 atacó los símbolos del poder militar y financiero en Washington y Nueva York. Cuando se demostró que en Irak tampoco había armas de destrucción masiva, Estados Unidos cambió de excusa: se trataba de llevar la democracia a ese país y de remodelar el mapa de Medio Oriente.
En abril de 2003 se difundió la denominada “Hoja de ruta” estadounidense. Corolario de la doctrina de la guerra preventiva, ese plan se desentiende de la ocupación israelí de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental y centra sus propuestas en el combate a la violencia palestina, concebida casi como una esencia, un argumento ontológico sin relación con el sufrimiento de un pueblo expulsado hace más de medio siglo de su tierra.
Consecuencia de todo ello fue el desconocimiento de la autoridad ejercida por Yasser Arafat, en procura de establecer un nuevo gobierno palestino “que actúe con decisión contra el terror y tenga voluntad de construir una democracia activa basada en la tolerancia y la libertad”, según la Hoja de Ruta. A ello siguió el sitio y demolición a las oficinas de la Mukata’ah en Ramalah, donde el líder histórico de la causa nacional palestina sobrevivió meses sin luz y con escasos alimentos, y por último su misteriosa muerte debida con alta probabilidad a un deliberado envenenamiento. Lejos de allanar el camino hacia una negociación de paz, la desaparición de Arafat la hizo cada vez menos probable. El creador de Al Fatah y la OLP no sólo había luchado por independizar de Israel a su pueblo. También buscó liberarlo de la tutela de los reaccionarios gobiernos árabes con los que prefería entenderse Israel.
El desprecio y el aislamiento al que Israel sometió a la débil presidencia de Abu Mazen, que sucedió a la de Arafat, condujo en enero de este año a la victoria electoral del partido islámico de la resistencia, Hamas, vinculado con Irán. No se entiende por qué ese resultado causó tanta sorpresa, si la anterior invasión israelí al Líbano provocó el surgimiento del también islámico movimiento Hezbolah, bajo control sirio.
Hamas y Hezbolah son, además, dos organizaciones confesionales, a diferencia del movimiento laico e independiente que lideraba Arafat. Pero las bancas que ambos movimientos ocupan en los gobiernos libanés y de la Autoridad Palestina las ganaron en comicios libres. Desde que asumió el nuevo gabinete palestino, Israel le negó el agua y la sal y en el comienzo de la última ofensiva arrestó a sus ministros y demolió sus sedes, para demostrar que la democracia es un lujo que no se pone al alcance de cualquiera. La Argentina conoció hace medio siglo esa ilustrada concepción de la democracia sólo para los democráticos, que no suelen coincidir con las mayorías, en consecuencia proscriptas y reprimidas hasta la desesperación.
La necedad de la dirigencia judía argentina, que ofreció su tribuna al embajador de Israel para que justificara la brutal violación de su país al derecho internacional humanitario y de los derechos humanos la emparenta con el lobby judío de los Estados Unidos, que ha contribuido a impedir cualquier acuerdo negociado entre los pueblos de Israel y Palestina. Para mayor irrisión ese acto provocativo se realizó a pocos metros de la esquina de Palestina y Estado de Israel, que simboliza la afectuosa convivencia entre las colectividades árabe y judía, sin igual en el mundo. Todos deberíamos cuidarla como el precioso capital que es y que el menemismo malversó como tantos otros bienes sociales. En el aniversario del atentado contra la AMIA, esa misma conducción no tuvo mejor idea que reclamar la ruptura de relaciones con Irán, como si los dos bombazos de la década anterior no le hubieran bastado para aprender la virtud de la prudencia.
Cuesta creer que las maquinarias militares y de inteligencia más sofisticadas del mundo obtengan resultados tan contrarios a los que declaran perseguir. Por torpeza o por cálculo, los misiles estadounidenses e israelíes siembran teocracias que desplazan a gobiernos laicos, ya sean dictactoriales como el de Saddam Hussein o relativamente democráticos como los del Líbano y la Autoridad Palestina. Las réplicas de Hamas o Hezbolah, ya sean bombas humanas o cohetes (mal)guiados, son tan insignificantes en proporción que es ridículo establecer cualquier equivalencia. Pero también recaen sobre los civiles. La guerra pasa a ser un estado permanente y del resto del mundo sólo se reclama que se habitúe al martirio de los niños grises.

Para eso no cuenten conmigo. Detener la mano asesina es un imperativo categórico.

Tuesday, August 08, 2006

ready for another joint

Modern Times, Dylan's first new album in five years, will be available on 8/29

"Epic... Heartbreaking... Dynamic... Apocalyptic!"

"Dylan looks into the heart of the modern age and tells us what he sees in a vision still commanding and bold."

- Robert Hilburn, Mojo

Monday, August 07, 2006

Lo de Cuba es cosa nuestra

Por Eduardo Aliverti

El periodista piensa, sólo, en esa gente (la mayoría, es probable) que no termina de desentrañar de qué lado ponerse.
Esa gente es la que por un lado simpatiza o se admira con los irrebatibles logros cubanos en la salud, la educación, el hambre cero, indicadores del más alto estándar de vida igualitario de toda América. Y que por otra parte no entiende y se lamenta de las restricciones a la libertad, de la prensa oficial, del partido único, del líder absorbente. Como las conquistas de la revolución no están en duda posible, ni siquiera desde la derecha más recalcitrante, lo criticado por la negativa invita a sumergirse exclusivamente allí para determinar qué tan cierto es eso de las libertades restringidas. O más bien: cuánto de más restringidos están los cubanos que la generalidad de los pueblos del mundo entero. El problema es que eso tampoco conduce a nada porque se transforma en una polémica bizantina, atravesada, gracias a la prédica de los grandes medios de comunicación (el poder, bah), no por cómo están las mayorías, sino por cómo las mayorías se imaginan que están. El emblema insuperable de ese aspecto es la libertad para salir del país. No todos los cubanos pueden hacerlo, es cierto. El “régimen” establece que al cabo de haber solventado todas las necesidades básicas de un ciudadano, éste no debe poder irse cuando mejor le plazca siendo que el Estado invirtió en su formación como se debe. Aun cuando esa decisión parezca entre cuestionable y horrorosa, no resulta invalidada la pregunta de adónde diablos pueden irse, si lo quisieran, las millonarias masas de miserabilizados del mundo. Las chicas o señoras que limpian en nuestras casas, ¿a dónde puede irse? ¿A dónde pueden irse empleados de medio pelo, negreados, jubilados, taxistas, maestros? ¿Cómo es la libertad esa? ¿Y cómo es el pluripartidismo ese en el que con mucha suerte y viento a favor apenas se conoce a los candidatos mostrados por la televisión? Sin embargo: discusión sin destino. El capitalismo trabaja y sigue siendo exitoso gracias a los imaginarios que construye. Es entonces inevitable que Cuba sea juzgada como la justicia social sin libertad, y todas los demás como sociedades con injusticias pero enteramente libres. Artículo tercero, de forma. Proclámese y archívese. No entremos en ésa, dicen estas líneas acerca de sí mismas.
Preguntémonos, sí, qué es lo que tanto molesta de esa isla que no molesta de los chinos, y que no molestó ni molestará de cuanta dictadura hubo y vaya a haber mientras satisfaga los grandes negocios de los bloques de poder. ¿Qué es lo que en verdad no se soporta de Cuba? ¿Que la oposición sólo pueda darse dentro de su sistema, dicho desde una Casa Blanca cuyo jefe sostiene que se está “con ellos o contra ellos” y en nombre de lo cual han desatado masacres e intervenciones de escala planetaria? ¿Que no haya democracia, visto desde regímenes donde sólo los ricos y los aparatos partidarios conservadores pueden tener chances electorales? ¿Que no haya prensa “libre”, denunciado por los monopolios y oligopolios de prensa donde el único culto que rige es la razón del interés comercial? ¿Eso es lo que molesta de Cuba? ¿Eso es lo que verdaderamente nos debe importar de Cuba? ¿Se está hablando de Cuba hasta por los codos porque podría estar muriendo su dictador y renaciendo la libertad o porque hay el regocijo de que la libertad pueda volver a transformarla en el prostíbulo de los yanquis?
Tengamos honor intelectual. No puede caerse así como así en la banalidad de decir que lo insoportable de Cuba es su falta de libertad. A los tilingos que piensan sin más de ese modo les cabe la inmortal frase de Anatole France: “Todos los pobres tienen la libertad de morirse de hambre bajo los puentes de París”. Lo insoportable de Cuba es que ha demostrado que se puede otra cosa. Que se puede resistir, y en soledad, al imperio más formidable de la historia. Que hay una vida con dificultades inmensas pero en la que todos los habitantes tienen garantizado el alimento, el estudio, la medicina, la universidad. Y lo peor, lo más intolerable, es que esa subsistencia, objetivamente heroica, se convirtió en y continúa siendo un faro para los luchadores sociales de todo el mundo; y en particular para el movimientismo y las utopías del patio de atrás. Allí donde haya el escándalo de un desnutrido, de un analfabeto, de enfermedades de la miseria, de una diferencia de clases insultante, de escuelas y hospitales que se caen a pedazos, de cifras espantosas de mortalidad infantil, de viejos abandonados, de pibes enloquecidos por la droga, allí se eleva contra las castas del privilegio el fantasma de Cuba. Y el riesgo es que siga elevándose, hasta que no quede nadie, ni un solo imbécil, que mientras lleva una vida de mierda cuestiona que en Cuba no hay democracia.
De que los cubanos puedan resistir depende que no desaparezca una de las experiencias de liberación más concretas y fascinantes de la historia americana. Si los yanquis vuelven a desembarcar allí, cada oprimido de este mundo habrá de quedarse sin el más real de sus faros. Eso es grave, por mucho que a poco de andar quedara demostrado lo terrible de la recolonización.
Y por eso, esa cosa de Cuba es cosa nuestra.

I don`t how long it`s gonna be...

esuchar Girl of the North Country cantada por Bob Dylan y Johnny Cash juntos es algo de otro mundo, o por lo menos de uno que esta mejor que este.

Wednesday, August 02, 2006

buen promedio

desde el 25 de mayo que no tenia un dia tan de mierda como el de hoy